¿Para qué queremos Fuerzas Armadas?
Por Matteo CASSINA
Una de las banderas de campaña del presidente Javier Milei, apoyada por su vicepresidenta Victoria Villarruel, fue volver a poner a las fuerzas armadas en el mapa del que se cayeron luego de 1983. Sin embargo, pese a las promesas y éxito (en singular) iniciales, la realidad de las FF.AA poco ha cambiado con respecto a las últimas gestiones.
FUENTE: ZONA MILITAR EN X (Twitter)
Antes de iniciar, hay que dejar algunos conceptos en claro ¿Para qué sirven las fuerzas armadas? ¿Y qué rol cumplen en una democracia moderna?
Respondamos la primera pregunta: La función principal de una fuerza armada es la defensa de la soberanía y el territorio nacional frente a amenazas de fuerzas armadas extranjeras, esto lo logran mediante una gama de tácticas y estrategias. Uno de los principales conceptos que se aplican aquí es el de la disuasión. Esta se basa en acumular una serie de medios y estrategias (la palabra clave acá es estrategias) que establezcan la capacidad de negarle a una fuerza armada enemiga sus objetivos y/o implicar un costo tan alto que una acción militar ya no sea deseable.
Adicionalmente, en tiempos de paz, las fuerzas armadas (además de entrenarse para un posible conflicto) pueden cumplir misiones subsidiarias como el apoyo en emergencias, la lucha contra incendios, búsqueda y rescate y en algunos casos, control de fronteras.
¿Y cuál es el estado de las Fuerzas Armadas en la Argentina actual?
Desde 1930 hasta el 2000, las fuerzas armadas han participado en seis golpes de estado y cuatro insurrecciones militares, a lo que se les suma la guerra de Malvinas y los múltiples crímenes de lesa humanidad cometidos durante la lucha contra las insurrecciones de grupos de izquierda. Todo ello no solo desgastó institucionalmente a las ramas involucradas, sino que también las dejó desprestigiadas frente a la sociedad civil (con muchos sectores incluso cuestionando su existencia en un contexto nacional y regional democrático y pacífico) quedando así relegadas al fondo de las listas de prioridades y presupuestos del Estado Nacional.
A día de hoy, pese a las promesas de las administraciones pasadas y presentes, las Fuerzas Armadas Argentinas se encuentran en un estado crítico, estas registran el presupuesto más bajo de la región en relación a su PBI (0,63%) - el cual al día de la fecha sigue sin actualizarse desde el año 2023- presentan niveles de operatividad paupérrimos, material obsoleto y en mal estado y carecen de capacidades reales de combate.
GASTO MILITAR DE LA ARGENTINA 1960-2023

FUENTE: BANCO MUNDIAL
Sin embargo, en un contexto de crisis económica y recorte presupuestario, un aumento en el presupuesto destinado a Defensa parece poco probable, lo que se contradice con los discursos oficialistas sobre "restaurar la figura de las FFAA", desprestigiada por una década de gobiernos kirchneristas e ignoradas por la gestión Macri. Al mismo tiempo, el personal de las mismas cobra sueldos por debajo de la línea de la pobreza mientras que IOSFA, la obra social de las fuerzas, se encuentra envuelta en la controversia debido al desfinanciamiento de la misma y escándalos de corrupción, lo que ha llevado a un número de bajas de personal pocas veces visto anteriormente.
Esto no solo tiene un impacto en la ya muy mermada capacidad operativa de las FFAA, si no que es un golpe directo a uno de los únicos resquicios de profesionalismo dentro de las fuerzas: el capital humano. Esto no solo tiene implicancias en la propia operatividad de las fuerzas, también tiene un impacto moral y educativo, la milicia falla en retener personal adiestrado y con experiencia y ya no es atractivo para el personal técnico especializado del sector público o privado como sucede en potencias como EEUU o China.
Es válido preguntarnos ¿Vale la pena dedicar miles de millones de pesos en armas? Miles de millones que podrían ir a sectores tan o más golpeados como la educación pública o la salud.
En primer lugar, la respuesta es SÍ. La Defensa, al igual que la Educación y la Salud son responsabilidades que posee el Estado Nacional, y todas deben recibir financiación acorde a sus necesidades. En segundo lugar, las FFAA son más que "armas": gran parte del presupuesto es destinado a sueldos, adiestramiento y gastos operativos, los cuales son igual o más importantes que "los fierros".
Si el "es una responsabilidad del Estado Nacional" no es suficiente, también hay una perspectiva más "estratégica" al asunto: Las FFAA son una herramienta en la política exterior de los estados.
Como mencioné al principio, la función de las fuerzas armadas es la de la defensa de la soberanía nacional, sin embargo, también pueden utilizarse como herramientas en las relaciones internacionales, ya sea proyectando y ejerciendo fuerza más allá de nuestras costas, demostrando capacidades y compromiso con nuestros discursos en política exterior, en despliegues humanitarios o de mantenimiento de la paz, o en defensa de países aliados. En el caso argentino son los dos primeros puntos los más importantes.
La Argentina mantiene reclamos territoriales sobre 10.444.274 km2 de territorio incluyendo espacios terrestres y marítimos, de los cuales solo posee control efectivo sobre 2.780.400 km2. Del restante, una gran porción permanece bajo ocupación del Reino Unido de Gran Bretaña y otra parte corresponde al continente antártico, que si bien el derecho internacional no se reconocen reclamaciones de soberanía, no se eliminan las reclamaciones previas a 1961. Pero aunque el Estado Argentino ha rechazado volver a utilizar las armas para hacer efectivas sus reclamaciones y desde 1983 ha sostenido una vocación por el diálogo como forma de solucionar conflictos, eso no quita que las fuerzas armadas no sean útiles -y vitales- como herramienta diplomática disuasoria.
Sin embargo, para que las Fuerzas Armadas puedan ser correctamente utilizadas dentro del marco de la política exterior y se pueda mantener una inversión presupuestaria en conjunto una modernización constante es necesaria una cultura estratégica que abarque a todo el espectro político para definir a las FFAA como una herramienta al servicio de la República, y no como herramientas discursivas y de propaganda para ser usadas por políticos populistas (De izquierda y de derecha) ya sea denigrándolas y humillándolas para ganar rédito político, o utilizándolas para realizar propaganda partidaria sosteniendo un discurso y una estética autoritaria y reaccionaria.
Generar una Política de Estado en torno a las FFAA es la única forma en la que podremos garantizar la defensa del territorio nacional, de sus instituciones, sus intereses y sus ciudadanos. Y es nuestra responsabilidad como ciudadanos argentinos, instruirnos y abogar por dichas políticas. No es necesario ser militar para contribuir a la defensa nacional, todos, desde nuestros particulares lugares, somos responsables de velar por la integridad de la Argentina y por la libertad de sus habitantes.